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El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación ha iniciado este sábado el proceso de repatriación voluntaria de 12 españoles que trabajan en los campamentos de refugiados saharauis debido a que el Gobierno tenía «indicios» que alertaban de un «severo incremento de la inseguridad» y de posibles acciones terroristas contra ciudadanos extranjeros.
En rueda de prensa en Madrid, el ministro José Manuel García-Margallo ha explicado que los cooperantes llegarán la próxima madrugada a la base militar de Torrejón de Ardoz en un avión de las Fuerzas Armadas que ya ha salido de España.
En el grupo hay 12 españoles, dos franceses y un italiano. Además, otros dos cooperantes, uno de ellos español y la otra de nacionalidad peruana, ya regresaron ayer a nuestro país por sus propios medios, mientras que otro cooperante español ha decidido permanecer en la zona por voluntad propia.
Según ha indicado García-Margallo, la evacuación de los cooperantes de los campamentos se inició el viernes, cuando fueron trasladados a una base militarizada de Argelia, donde esperan la llegada del avión de las Fuerzas Armadas, por lo que el ministro ha aprovechado para agradecer la colaboración mostrada por las autoridades argelinas así como los representantes del Frente Polisario en la zona.
PLATAFORMA TERRORISTA EN MALI
García-Margallo ha explicado que la inestabilidad política en Mali ha provocado que el norte de aquel país se haya convertido en «plataforma terrorista» desde donde estos grupos realizan todas sus acciones en la región. De hecho, ha recordado que los dos cooperantes españoles recién liberados permanecieron casi todo su secuestro en Mali.
Es más, el ministro ha advertido de que algunos analistas consideran que el norte del país africano «está a punto de convertirse en un nuevo Afganistán», si bien ha hecho hincapié en que su opinión es que «la situación es menos extrema».
En cualquier caso, ha aprovechado para señalar que el Gobierno español ha ofrecido su ayuda para salir de la zona a cooperantes de otras nacionalidades y ha hecho un llamamiento a las ONG presentes en la región para que sean «plenamente conscientes del peligro» para los cooperantes extranjeros, por lo que ha pedido que «extremen al máximo la prudencia».
Para atajar la situación de inestabilidad que se vive en la región a raíz de la crisis maliense, el ministro ha explicado que la Unión Africana y la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO) han solicitado al Consejo de Seguridad de la ONU que dé mandato y cobertura a una operación militar que «no sólo tendría como objetivo asegurar las instituciones en Bamako, sino también hacer frente a los grupos terroristas que se han adueñado del norte del país».
Según García-Margallo, el Gobierno español apoya estos «esfuerzos, incluyendo la posibilidad de desplegar una fuerza militar en Mali». Además, ha dicho que el Ejecutivo estaría dispuesto a «estudiar y prestar apoyo a dicha misión», para lo cual ha añadido que sería «importante» contar con el respaldo de países vecinos como Argelia, Nigeria o Mauritania.
PRIMERO ASEGURAR BAMAKO
A la hora de una posible intervención en Mali, el ministro considera que primero hay que «mirar al sur», es decir, hacia la capital, Bamako, para «tratar de asegurar un gobierno de transición de unidad nacional», para después «mirar al norte» para combatir a los grupos terroristas que operan en la zona, uno de ellos Al Qaeda en el Magreb Islámico.
En cualquier caso, ha insistido en que España «se siente concernida y afectada» por lo que está ocurriendo en Mali y ha asegurado que estará «junto a sus aliados en el apoyo a las fuerzas africanas en el tiempo y forma que determine la Unión Europea».
Asimismo, el ministro ha manifestado el «compromiso» de España con los campos de refugiados saharauis y ha dicho que espera que las circunstancias actuales en la región «terminen lo antes posible» para que los cooperantes puedan regresar y continuar con la labor humanitaria que vienen realizando.