La banca española nacionalizada deberá reducir su tamaño en un 60%

TCAM/REDACCION

Esto supondrá recortar a la mitad su red de oficinas.    Esta es la condición que exige Bruselas para autorizar una inyección de capital de 37.000 millones de euros del fondo de rescate de la UE (MEDE) con el fin de garantizar su viabilidad. En concreto, Bankia recibirá 17.960 millones de euros; Cataluña Caixa, 9.080 millones de euros; Novagalicia Banco, 5.425 millones; y Banco de Valencia, 4.500 millones, según se recoge en los planes de reestructuración de las cuatro entidades aprobados por Bruselas.    

Además de estos 37.000 millones de euros, el MEDE inyectará un primer tramo de 2.500 millones de euros a la sociedad de gestión de activos inmobiliarios (Sareb), según ha anunciado el vicepresidente de la Comisión y responsable de Competencia, Joaquín Almunia.    Almunia ha eludido cuantificar el impacto de esta reestructuración en despidos. «Van a tener lugar, sin duda», ha dicho, pero «estamos ante una pregunta que debe ser contestada por las autoridades españolas y las entidades afectadas».    «Los responsables son quienes gestionaron mal estas entidades. Nos saldría una lista relativamente larga», ha apuntado. El Ejecutivo comunitario no ha obligado a las entidades a que apliquen 20 días de indemnización por despido, ha asegurado el responsable de Competencia.    EL BANCO DE VALENCIA NO ES VIABLE    Bruselas autoriza la venta de Banco de Valencia a Caixabank por considerar que «no es viable como entidad autónoma». «Esta opción es más barata que liquidar el banco», ha asegurado Almunia.  

 Por lo que se refiere a Catalunya Caixa y Novagalicia Banco, el Gobierno español se ha comprometido a vender las entidades antes de que concluya el periodo de reestructuración de cinco años. En caso de que la venta no sea posible, las autoridades españolas deberán presentar un plan de liquidación ordenada.    En cuanto a Bankia, Almunia ha explicado que «se someterá a una reestructuración completa y será un banco mucho más pequeño que hoy en día, concentrado en las regiones históricas de las cajas que se fusionaron para crear BFA, así como en algunos otros centros de relevancia económica y financiera dentro de España».    De hecho, para llevar a cabo su reducción de tamaño, las entidades nacionalizadas deberán centrar su modelo empresarial en préstamos al por menor y préstamos a las pymes en sus principales regiones históricas. Y tendrán que abandonar las líneas de créditos a favor de promociones inmobiliarias y limitarán su presencia en el mercado al por mayor.    Ello contribuirá a reforzar su capital y sus niveles de liquidez y reducir su dependencia de la financiación en el mercado mayorista y del Banco Central Europeo.    INCAPACES DE GESTIONAR ACTIVIDADES DE RIESGO    Almunia ha justificado estas restricciones alegando que «la historia pasada ha demostrado que (estas entidades) no son capaces de operar de manera eficiente en actividades de riesgo».    «La experiencia demuestra que en los casos de estas entidades su expansión más allá de las fronteras del territorio conocido ha conllevado altos riesgos. Igual que salirse del ámbito del modelo de negocio propio de una banca minorista ha comportado elevados riesgos que están detrás de la situación de pérdidas de estas entidades», ha dicho el comisario de Competencia.    

Todos los bancos se han comprometido a ceder algunas participaciones industriales y filiales, que la Comisión ha eludido concretar. El producto de dichas cesiones contribuirá a financiar la reestructuración y, por lo tanto, limitará la necesidad de ayuda adicional, además de reducir las distorsiones de competencia.    Además Bankia y Catalunya Caixa cederán los títulos de renta fija que poseen en su cartera de valores negociables y de tesorería. Catalunya Caixa también cederá la totalidad de sus fondos de capital riesgo. Los beneficios deberán dedicarse a la propia reestructuración.    Según los planes de reestructuración aprobados por el Ejecutivo comunitario, los accionistas y titulares de preferentes y deuda subordinada deberán contribuir también a los planes de reestructuración. Su aportación reducirá la ayuda estatal necesaria en alrededor de 10.000 millones de euros, según los cálculos de Bruselas. Almunia no ha cifrado el porcentaje de quita que se deberá asumir en cada entidad.    Finalmente, todos los bancos se comprometen a limitar las remuneraciones de sus directivos según está previsto ya en la legislación española, no pagar cupón de instrumentos híbridos y no publicitar la ayuda pública ni usarla para prácticas comerciales agresivas. Además, tendrán prohibido realizar adquisiciones.    Almunia ha anunciado que el próximo 20 de diciembre aprobará la siguiente tanda de planes de reestructuración -los Banco Mare Nostrum, Banco Caja 3, Liberbank and Ceiss-, pero no ha querido cifrar la ayuda del MEDE que necesitarán.

El Gobierno estima que el importe total del rescate bancario se situará alrededor de 40.000 millones de euros.

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