Los buques europeos obtienen con el acuerdo 126 licencias, de las que un centenar serán para españoles, sobre todo andaluces y canarios, y beneficiará a cerca de 1.500 tripulantes, de los que 500 serían marroquíes.
Además supone un incremento del 33 % de las posibilidades de pesca para la flota comunitaria –once Estados miembros pescan en la zona– con respecto al régimen anterior, a cambio de una contrapartida financiera de 40 millones anuales durante los próximos cuatro años.
El nuevo acuerdo salva con el voto de este martes (310 voces a favor, 204 en contra) el último escollo para su entrada en vigor, aunque es necesario aún la aprobación formal por parte de los Veintiocho y del Parlamento marroquí para que los barcos europeos puedan retomar su actividad en la región.
Durante estos dos años, la comisaria de Pesca, Maria Damanaki, ha tenido que renegociar un nuevo acuerdo que resolviera las «dudas» de los eurodiputados con el anterior texto, en especial en lo que respecta al respeto de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental y a la rentabilidad económica y sostenibilidad pesquera del convenio.