IAM/Redacción La directora del Festival de Cine Africano de Tarifa (FCAT), Mane Cisneros, ha destacado el papel de este certamen como puerta de entrada a España y Latinoamérica de las películas de ese continente.La cita, que finalizó el viernes y que es la única dedicada a África en el mundo hispanohablante, permitirá la difusión de numerosos títulos africanos en cines españoles y latinoamericanos.Por ejemplo, del 22 al 24 de junio las películas que han formado parte del palmarés se van a proyectar en la Cineteca, en Madrid.“Es un rol muy importante” del FCAT, explica su directora, que también tiene programada para la primera semana de junio la III Muestra de Cine Africano de Ibiza, además de tres festivales en Colombia, entre otras citas.El FCAT “permite que las películas circulen” ha apuntado Cisneros, que ha recordado que el pasado año, cuando el festival regresó a su sede tarifeña, propició después 220 proyecciones de 66 películas africanas en 50 ciudades españolas.La directora destaca del Festival de Cine Africano de Tarifa que “está muy vivo”, por lo que de un año a otro “varía en fechas y secciones en función de lo que el público reclama”, porque “está muy atento a su entorno”.De hecho, para la edición de 2018 ya está prevista una nueva sección dedicada a la afrodescendencia delante y detrás de las cámaras. “Hay muchos profesionales de ascendencia africana que son invisibles y vamos a darle visibilidad”, señala Cisneros.Aunque hay en Europa donde el cine africano sí tiene presencia en las carteleras, en especial en Francia, el de España es “un caso opuesto”, ya que “el desconocimiento y el miedo son un mal para las producciones africanas”.De la edición recién finalizada, su directora destaca que “ha consolidado el festival en la ciudad que lo acoge” y también en Tánger, donde “se han dado pasos grandes hacia adelante a nivel de contenido y de público”.La programación de este año ha contado con mayoría de producciones del norte de África, algo que “cambia de un año a otro porque depende mucho del ritmo de producción”, según la directora del FCAT.A pesar del éxito, Cisneros considera que “queda mucho camino, porque mucha gente sigue identificando el cine africano con producciones de poca calidad y no es así”.En cuanto al auge del documental, Cisneros considera que se está dando “en todas las cinematografías del planeta”.En el norte de África, tras las primaveras árabes, “ha habido una necesidad de ofrecer una visión histórica de lo que sucedió y de la evolución social y cultural”, ha añadido.El FCAT tiene entre sus objetivos acercarse al público joven, ya que “son los cineastas y el público del futuro”, indica la directora, que espera que en ese futuro “reclamen un cine de calidad en nuestras pantallas y den cabida también al cine africano y reconozcan su calidad”.