En un comunicado, el colectivo argumenta que vienen sufriendo a través de la frontera «vejaciones, demoras y daños morales de forma puntual en diferentes momentos desde que en 1982 se abrió la frontera tras el largo cierre». Se trata de «momentos» de colas que, según reconocen, «acababan volviendo a la normalidad para ponernos a la altura de cualquier frontera dentro o fuera de los Acuerdos Schengen, como es esta frontera». Señalan que en la actualidad, en concreto desde julio de 2010, las «dificultades» para cruzar la frontera se convirtieron en motivo de queja para este colectivo, pues además de su jornada laboral, «de forma aleatoria» tenían que soportar «colas de hasta más de ocho horas para los vehículos de cuatro ruedas y hasta más de tres las motocicletas». A lo largo de todo este tiempo la intensidad de las colas «fluctúa», habiendo «periodos de tranquilidad de algunas semanas para volver a ser largas y tediosas de nuevo, y se intensifican una vez más estas demoras a raíz del conflicto entre pescadores, las lanchas de las autoridades de Gibraltar y las de España, llegando a una severidad tremenda a raíz de la tirada de bloques de arrecife por parte de Gibraltar». «COBAYAS DE UN CONFLICTO VIEJO» Las relaciones políticas entre España, Gibraltar y Reino Unido «se deterioran» respecto a este conflicto y señalan que el Gobierno español recurre a «acentuar la presión» en la frontera, «siendo siempre las víctimas todas las personas que cruzamos la frontera para acudir a nuestros trabajos, por temas familiares, de ocio, comerciales, por cuestiones médicas, escolares, negocios, culturales, turismo, etcétera». Lamentan ser las «cobayas» en «un conflicto ya viejo y cuyo fondo oculto es la soberanía». Argumentan que el «constante acoso» a los ciudadanos que cruzan la frontera –unos 35.000 diarios de los que 19.000 son trabajadores españoles y europeos que residen en la parte española, según datos de la asociación– es «dañino y tiene efectos para la salud física y psíquica de los ciudadanos». Añaden que la continuidad de las colas «tiene también como consecuencia que las relaciones entre los dos pueblos vecinos se deterioren y que la economía de La Línea se resienta hasta el punto de que la pequeña y mediana empresa linense sitúa en un 30 por ciento la reducción de actividades comerciales y de otras empresas». ‘POR UNA FRONTERA HUMANITARIA’ Así, el grupo formado por diferentes colectivos de Gibraltar y de la comarca campogibraltareña –entre los que cita Ascteg, Apymel, Unite the Union, Fronterizos, CGT Comarcal, Gibraltareños y Españoles Unidos, Españoles Residentes en Gibraltar, Solidaridad amigos Pueblo Saharaui, Plataforma Los Parados, Técnicos Sanitarios en Gibraltar, UNA Gib United Nations, VOG, Laguna State & Morrish Cashc Somor Club and Tennants Association, Glacis Ammenities, Voril Beg Club, Phsychological Control Group, Radio Bahia, Restauranters, Espacio Solidario, o el SAT, entre otros– se agrupa en un colectivo transfronterizo ‘Por una Frontera Humanitaria’. Según explican, el objetivo es «defender a los ciudadanos que cruzamos la frontera, a quienes se nos están violando los derechos humanos, haciendo todo tipo de reivindicaciones, denuncias ante España y la Unión Europea (UE) y escritos a cualquier institución internacional de competencia, sugerencias, estudios, reuniones, debates, foros y viajes». A tal efecto, se ha convocado la concentración para el próximo día 30 en la parte de La Línea de la frontera, haciendo un llamamiento a la ciudadanía de ambos lados de la Verja para que acudan a dicha protesta, que aseguran que será «pacífica» y está «convocada legalmente».