IAM/EP Los próximos Reyes de Holanda han reunido este fin de semana a los herederos de las Coronas de Europa. Y los Príncipes de Asturias, después de mucho tiempo, por fin han acudido a uno de estos encuentros. Se han dejado ver con la nutrida aristocracia europea y especialmente ahora que están asumiendo más que nunca la agenda de la Casa Real. Pocas o nulas han sido las apariciones de Felipe y Letizia con los jóvenes herederos adyacentes. Ni reuniones ni cenas previas a las bodas. Solo se les recuerda en el que fuera el debut de Letizia ante la aristocracia internacional en la gran gala previa a la boda de Mary Donaldson y el Príncipe Federico de Dinamarca, en el Teatro Real de Copenhague. Día previo al famoso vestido rojo de Caprile que luciría en la boda. Desde entonces, nuestros Príncipes solo han asistido a las bodas directas, a excepción de la recepción previa a su matrimonio. La buena relación entre Príncipes de Dinamarca, Noruega, Holanda, Luxemburgo y Suecia, se ha conocido desde siempre, ya que están en cualquier reunión que se precie. Muchos se aventuraron a decir, de todas las veces que se ha criticado a Doña Letizia, que ella no encajaba, pero lo cierto es que todas las princesas consortes no vienen de un rancio abolengo, al igual que ella. Además, el Príncipe ha estado y está muy considerado dentro del nutrido grupo de jóvenes. En este caso los que han faltado son Carlos de Inglaterra y la Condesa de Cornualles, ni Mette Marit, aunque si que ha acudido Haakon, ni Federico de Dinamarca. Los anfitriones y futuros Reyes de Holanda, Guillermo de Orange y la Princesa Máxima, han escogido un antiguo pabellón de caza en el Palacio de Het Oude Loo, en la localidad de Apeldoorn, a cien kilómetros de Ámsterdam, para esta amistosa reunión. Según informa la Zarzuela, esta cita que califica de «desenfadada», se planificó antes de que la Reina Beatriz de Holanda anunciara su abdicación en favor de su hijo. Sin embargo, a solo un mes de que los Príncipes de Orange hereden la región de los Países Bajos, adquiere diferentes connotaciones. Pero eso parece no ser un problema para las Princesas, que lejos de acudir como si de un acto relevante se tratase, lo hacen de manera más informal. Todas eligen la sencillez de unos pantalones y chaqueta y calzado sencillo. Excepto la Duquesa de Luxemburgo, Stéphanie Lennoy, que escogió un vestido rosa pastel pero a juego con sus compañeras, discreto y sin estampados. Poco queda para el próximo 30 de abril donde Guillermo y Máxima de Holanda se convertirán en Reyes, siendo los primeros en abrir las puertas a la nueva y joven corte de herederos.