La vida marinera del buque “Ciudad de Tarifa» (1961-1984)

 

Previendo la evolución de las líneas del Estrecho, tanto Algeciras-Ceuta como Algeciras-Tánger, Compañía Trasmediterránea avanzó en el transcurso de 1957 en el proyecto para la construcción de un tercer buque de la clase Victoria, favorecido por la financiación de la reciente ley de 1956. En febrero de 1958 firmó el contrato con el astillero Unión Naval de Levante y el 7 de octubre de 1959 se procedió a la botadura de la construcción número 79 con el nombre de “Ciudad de Tarifa”, en ceremonia que amadrinó la señora Rosina Aznar y Bárcena, esposa del presidente de Compañía Trasmediterránea, almirante Salvador Moreno Fernández.

El 12 de abril de 1961 efectuó las pruebas oficiales de mar en aguas de Valencia y a continuación se procedió a su entrega, en presencia de altos cargos de la Administración y de la compañía. A continuación se estrenó en las líneas del Estrecho para las que había sido construido, uniéndose a los buques “Victoria y Virgen de África”, en servicio desde 1952 y 1953, respectivamente.

Aunque en su estética exterior era muy similar a los precedentes, incorporaba algunas mejoras, caso de un mejor aprovechamiento del garaje con la inclusión de una segunda cubierta a modo de car deck a la que se accedía por medio de una rampa interior, lo que permitía el transporte de 50 coches adicionales a los 150 que podían transportar los buques “Victoria” y “Virgen de África”. En la cubierta superior se suprimieron todos los camarotes y en su lugar se ubicaría una sala de segunda clase con capacidad para 160 butacas. Otros elementos exteriores, como los ventanales de ambas bandas y el remate del postelero lo diferenciaban claramente de los otros buques de la misma serie. 

Con carácter excepcional, en abril de 1962 pasó al sector de Baleares para realizar varios viajes extraordinarios en la línea Barcelona-Palma con motivo de la Semana Santa. De regreso a sus líneas habituales, el 22 de enero de 1963 sufrió un accidente grave que, como recuerda Laureano García Fuentes, hizo temer la pérdida del buque.

El buque “Ciudad de Tarifa” se encontraba adscrito a la línea Algeciras-Tánger y zarpó de este último puerto en la tarde de ese día con muy mal tiempo, consiguiendo fondear a las 20 h en la prolongación del dique de abrigo, ante la imposibilidad de atracar debido al temporal de levante que azotaba la zona. Sin embargo, el ancla garreó y con la mar y viento soplando muy fuerte se abatió sobre la costa y encalló en una piedra conocida como Bajillo del Cementerio. A consecuencia del accidente se produjeron averías en los fondos, con vías de agua que inundaron la cámara de máquinas, tanques de aceite, cárteres y túneles de las hélices. Establecido contacto a través de las estaciones costeras de Algeciras y Ceuta, el capitán Carlos Chenoll Esparza comunicó que tanto el pasaje como la tripulación se encontraban sin novedad.

A las seis de la mañana del día 25, cuando había amainado el temporal, el comandante militar de Marina, capitán de navío Palomino, asumió el mando de la operación de desembarco de los 122 pasajeros que se encontraban a bordo. En la operación intervinieron celadores y marinería de la Comandancia de Marina y pescadores voluntarios, al mando del segundo comandante de Marina. Para el transbordo se emplearon los pesqueros “Juanito Montoya”, “Cristóbal y Maruja” y “Mallorca”, así como la lancha “Carmen”, mientras que las lanchas del Servicio Fiscal “Milano” y B-2 se mantuvieron en las inmediaciones para prestar auxilio en caso necesario. Todo el pasaje desembarcó sin tener que lamentar el menor accidente ni lesión alguna, teniéndose que poner de manifiesto el alto espíritu y pericia de los prácticos del puerto Enrique Romaguera Carreras y José Luis Eguidazu Solaguren-Beascoa-, así como los pescadores y el personal de la Comandancia de Marina.

Por espacio de dos meses, el buque “Ciudad de Tarifa” permaneció varado y su reflotamiento resultó preciso volar con dinamita unas piedras próximas para favorecer la operación. El 23 de marzo de 1963 se consiguió ponerlo a flote y taponadas provisionalmente las vías de agua en Algeciras, fue remolcado hasta Cádiz para su reparación definitiva. Las averías fueron de tanta consideración que permaneció en el astillero gaditano hasta marzo de 1964, fecha en la que regresó a los servicios habituales del Estrecho.

Unos años después, el 16 de octubre de 1967, el pleno de la corporación municipal de la ciudad de Tarifa embarcó en el buque con el fin de ofrecerle la bandera de la ciudad y un cuadro de la Virgen de la Luz, en agradecimiento por la decisión de Trasmediterránea de imponer el nombre de la citada localidad a un buque de su flota. Para ello, el buque “Ciudad de Tarifa” zarpó en dirección a las costas de Tarifa, celebrándose a continuación el acto en el que intervinieron el gobernador militar del Campo de Gibraltar, Carlos Hernández Risueño; el alcalde de Tarifa, Juan Antonio Núñez Manso y el director general de Compañía Trasmediterránea, José Gutiérrez del Álamo.

En el verano de 1980 el buque “Ciudad de Tarifa” dejó el Estrecho para prestar servicios extraordinarios en las líneas Ibiza-Palma, Ibiza-Valencia e Ibiza-Alicante, reintegrándose de nuevo al Estrecho finalizado el verano. Sin embargo, con la entrada en servicio de los nuevos buques, el veterano “Ciudad de Tarifa” dejó de ser necesario y el consejo de administración de Compañía Trasmediterránea acordó su venta en sesión celebrada el 2 de abril de 1982. El 30 de enero de 1984 se solicitó la autorización de la Dirección General de la Marina Mercante, que fue concedida el 28 de febrero siguiente. 

botadura del ciudad de tarifa

El 9 de marzo se concertó la venta del buque con la sociedad naviera Agapitos Brothers, de El Pireo, en el precio de 300.000 dólares y el 30 de marzo de 1984 se hizo entrega s su nuevo propietario, recibiendo el nombre de “Apollon” e inscrito en la matrícula naval de El Pireo. En 1985 cambió pasó a llamase “Corfu Island” y el 20 de mayo de 1986, estando reparando en Perama (El Pireo), una mala estiba de planchas de acero le hizo escorar hundiéndose a continuación. No se pudo reflotar y se procedió a su desguace aunque solo se pudo recuperar una parte del buque. El pecio permaneció hundido hasta 2018, en que finalmente se reflotó y se concluyó el troceado final de los restos. 

De 5.001 toneladas brutas, 2.936 toneladas netas y 1.070 toneladas de peso muerto, medía 103,16 m de eslora total –94 m de eslora entre perpendiculares–, 16 m de manga, 7,32 m de puntal y 5,10 de calado máximo. Estaba propulsado por dos motores Diesel Burmeister & Wain, dos tiempos, simple efecto y siete cilindros, fabricados por La Maquinista Terrestre y Marítima (Barcelona), con una potencia de 5.300 caballos sobre dos ejes y hélices de paso variable, que consumían gasoil y que le permitía mantener una velocidad de 17 nudos. Instalaba, asimismo, tres motores auxiliares de 280 kW cada uno y disponía de acomodación para 900 pasajeros en clase única. 

Fotos: archivo de Laureano García Fuentes y Dimitris Mentakis (shipspotting.com)

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