Cae Gadafi, crónica de una muerte anunciada

 

Juanjo Valdivia

 

Esta semana tuvimos todos la oportunidad de ver en los telediarios el lamentable espectáculo de la detención y posterior linchamiento del Coronel Muamar el Gadafi, quien tras ser atacado el convoi del que huía de su ciudad natal Sirte, por aviones de la OTAN, fue capturado herido al ser encontrado escondido en unos conductos de agua junto a dos escoltas y su hijo Mutassim, quien también fue ejecutado por los rebeldes.

En un video difundido en Internet, grabado con un teléfono móvil  por uno de los milicianos rebeldes que detuvo a Gadafi, se aprecia como éste es capturado vivo, con heridas en las piernas y el rostro ensangrentado, como mientras lo trasladan a un vehículo del tipo pick up para llevarlo hasta una ambulancia, varios rebeldes le propinan golpes, insultos, y hasta escupen al detenido que no paraba de repetir «Tened clemencia, tened clemencia», segundos mas tarde muestran el cuerpo del Coronel Gadafi inerte, sin vida y con un orificio de salida en la frente causado por un impacto de bala.

Al ver estas imágenes, a todos nos viene a la memoria la ejecución en la horca de Sadam Husseín en Iraq, aunque tal vez esta muerte no nos pareció tan brutal por las fidedignas noticias que teníamos del genocidio que Sadam llevó a cabo contra su propio pueblo, exterminando con armas químicas a 350.000 kurdos en el norte del país, y torturando y asesinando a miles de opositores a lo largo de su estancia en el poder. Tampoco nos pareció tan brutal por haberse perpetrado su ejecución ajustandose a las leyes iraquíes. Sin embargo del Coronel Gadafi hasta el momento se desconocen crímenes contra su pueblo, para eso debería ser juzgado por jueces libios, ya que las noticias manipuladas de ataques aéreos contra la población libia resultaron ser falsas.

Lo que si sabemos de esta guerra del mundo contra Gadafi, es que en 2009 quiso nacionalizar empresas petroleras de EEUU, Reino Unido, Canadá, Noruega, Italia y España. la anglo-holandesa Shell, la británica British Petroleum, las estadounidenses ExxonMobil, Hess Corp, Marathon Oil, Occidental Petroleum y ConocoPhillips, la española Repsol, la alemana Wintershall, la austríaca OMV, la noruega Statoil, la italiana Eni y la canadiense Petro Canadá. Lo cual, como todos nos podemos imaginar no gustó mucho a los gobiernos de estos países, que curiosamente son los actuales libertadores del pueblo libio.

El 16 de febrero de 2009 Gaddafi dió un paso más allá e hizo un llamamiento a los libios a respaldar su propuesta de desmantelar el Gobierno y dar la riqueza petrolera directamente a los 6,5 millones de habitantes del país.

“La Administración ha fracasado y la economía del Estado ha fallado. Ya es suficiente. La solución pasa por que los libios reciban directamente los ingresos del petróleo y decidan qué hacer con ellos”, dijo Gaddafi en un discurso transmitido por la televisión estatal.

Su plan topó con la oposición de altos funcionarios corruptos, y tan solo 64 miembros del comité popular votaron a favor de los 268 miembros que lo componen. Esto nos demuestra que su gobierno no era tan totalitario como nos han hecho creer desde fuera de Libia, no digo con esto que fuese un santo, seguramente gobernó su pueblo con mano dura, pero creo mas oportuno que hubiese sido juzgado conforme a la ley vigente en Libia, si quieren construir una democracia solida desde los cimientos.

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