«El futuro será verde o no será». Por Elsa Martínez

En el punto en el que nos encontramos ahora, inmersos en una crisis climática, sequía, escasez de alimentos, escalada bélica, proliferación de las enfermedades mentales y autoinmunes, polarización de la riqueza… está claro que el sistema actual no funciona.
Olvidémonos del crecimiento del PIB que nos venden como una panacea imprescindible para alimentar el sistema. Sus cifras son engañosas e inútiles y aumentan también con las guerras, las pandemias y los desastres siempre que impliquen intercambios económicos de armas, vacunas y obra civil.
El crecimiento y la globalización son engaños que llevan al desastre. No hay recursos para seguir creciendo y la globalización solo beneficia a las grandes corporaciones. Creo que es el momento de volver a la dimensión local y evitar en la medida de lo posible la dependencia externa en energía, agua y alimentos. Todo ello nos lo regala la naturaleza con creces si sabemos cuidarlo y administrarlo.
Es una realidad que conocemos todos, aunque todavía algunos se empeñen en negar. Ante ello hay varias opciones: huida hacia delante y que el siguiente se encargue, preocuparse y deprimirse y quedarse paralizado o bien actuar de forma individual o colectiva asumiendo nuestra responsabilidad y ponerse manos a la obra.
Es cierto que el problema es inmenso y las cifras demoledoras, pero no podemos sentarnos a esperar que los gobiernos y las corporaciones hagan algo… el cambio tiene que venir de abajo a arriba. Ante la desesperanza que paraliza, abogo por el apoyo, realización y difusión de iniciativas viables que ya se han puesto en marcha y funcionan.
Las iniciativas ecológicas, tienen además ventajas de todo tipo, no solo para el medio ambiente y para el clima. También son beneficiosas para el empleo, la economía, la salud física y mental y el IFB (Índice de Felicidad Bruta).
Un ejemplo sencillo como promover y hacer posible el transporte en bicicleta, trae múltiples beneficios como demuestran las cifras de ciudades como Sevilla o Copenhague dónde han apostado por ello. Usar la bicicleta como transporte ahorra toneladas de CO2, mejora la salud de quien pedalea, ahorra en combustible, empodera a personas que no tienen acceso a otro medio de transporte, reactiva la economía local con nuevos nichos económicos y genera nuevos puestos de empleo. Un estudio de la universidad de Sevilla demuestra que por cada kilómetro de carril bici se crean 3 puestos de trabajo (entre empleos directos y efectos de arrastre). También solucionan problemas de atascos y aparcamiento y hace que las personas lleguen más contentas a su destino y con menor riesgo de accidentes.
¿Os imagináis los beneficios que traería lograr que por fin se lleva a cabo el carril bici desde Tarifa a Valdevaqueros, Bolonia o Facinas….?
Por ello me gustaría compartir en este medio algunas iniciativas esperanzadoras que me hacen creer que es posible un cambio real. Y si no conseguimos cambiar el rumbo de las cosas y la aniquilación de la especia, al menos podremos dar un sentido a nuestra vida y hacer un poco mejor la vida de los que nos rodean.
Tarifa es aún un paraíso poco degradado y preservado por su localización de difícil acceso, su viento salvaje, su origen militar y los dos parques naturales que lo rodean.
Merece la pena seguir cuidando ese patrimonio único y empezar a promover y compartir iniciativas ecológicas que involucren a todos los sectores y que sean el eje y argumento prioritario de cualquier iniciativa privada y de la política Municipal.
Ante un problema como el que vivimos, no sirven los parches ni las soluciones aisladas. Es necesario considerar la realidad como un sistema y buscar soluciones sistémicas que lo tengan en cuenta.
Me gustaría ir exponiendo algunas iniciativas sistémicas relativas a la permacultura, las energías renovables, la gestión del agua, el transporte sostenible, la política de residuos cero, el consumo responsable, la ciencia y la economía. Todas ellas pueden aplicarse a Tarifa y mejorarían en gran medida la vida de todos los que habitamos en ella y de las generaciones que nos sucedan.
El futuro será verde o no será.
Si tenéis cualquier propuesta positiva en esta línea, os animo a compartirla. Es necesario volcar nuestra imaginación, voluntad y recursos para emprender este camino de transición. Camino de vuelta a la naturaleza y a aprender de ella.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

· Noticias de Hoy
· Lo + Leído

Quizás te interese.

Destacamos en Tarifa

Síguenos

Recibe un email al día con las noticias de Tarifa

Se ha enviado el formulario correctamente.

En breve le contactáremos

Muchas Gracias