Ayer en el Pleno de la Diputación de Cádiz se iba a tratar una moción presentada por el Partido Andalucista que pretendía abordar el fallido aumento de sueldos planteado por PSOE, IU y PP en la Mesa del Parlamento de Andalucía. El presidente de la Diputación, José Loaiza del PP, tumbó la iniciativa andalucista con el argumento de que esa cuestión no tenía mucha importancia ni influencia en la provincia gaditana. Pero qué mala gestión y peor digestión están haciendo los partidos políticos andaluces de este amago de subidas de sueldos que hizo la Mesa del Parlamento andaluz. Una subida de 400 euros mensuales para su presidente y de 2.000 euros al mes para sus tres portavoces adjuntos. Medida que finalmente fue retirada ante las fuertes críticas desatadas. Normal en esta Andalucía parada y empobrecida. La poca cuantía de la subida no daba para mucha información, ni siquiera para el escándalo que se ha formado, pero los errores cometidos en el manejo de este tema han provocado que los hechos se hayan vueltos contra sus gestores, el presidente del Parlamento andaluz Manuel Gracia y los portavoces de los tres grupos parlamentarios (PSOE, IU y PP), que levantaron un muro de opacidad completamente incomprensible sobre este hecho y de las actas que trataron de este asunto en el parlamento andaluz. ¿No hubiera sido más fácil pedir perdón y reconocer que ningún cargo público en las actuales circunstancias de crisis, paro y empobrecimiento de Andalucía puede aumentarse ni un solo euro de su sueldo o dietas? Lo correcto hubiera sido decir, lo sentimos, no volverá a ocurrir. Un mal día lo tiene cualquiera. Ahí se hubiera acabado todo, pero no fue así. No pensaron que en democracia es tan importante el fondo como la forma. Y ahora podrían pagar un elevado precio por este error, ya que otros partidos políticos y la opinión pública han pedido su dimisión en aras de la transparencia.