Desde un punto de vista lingüístico, el término «orgullo» designa “el amor propio o la estima que cada persona tiene de sí misma como merecedora de respeto o consideración”. Esta definición transmite la idea de una dignidad intrínseca que todo ser humano posee y que no debe verse afectada por su orientación sexual ni por su identidad de género.
Tal y como decía al inicio de este TARIFEANDO de hoy, todo comenzó un 28 de junio de 1969, en el barrio neoyorquino Greenwich Village, donde existía un pub conocido como Stonewall Inn.
Hicieron falta años de opresión contra el amor, donde las cabezas pensantes de la época tenían más miedos y tabúes, que sensatez y tolerancia.
Greenwich Village es una gran área residencial en el lado oeste de Manhattan en Nueva York. El barrio está rodeado por la calle Broadway al este, el río Hudson al oeste, la calle Houston al sur y la calle 14 al norte.
Originalmente el barrio fue un pueblo aparte, (otro «village») creado en 1712. Pero fue en 1822, cuando una epidemia de fiebre amarilla en Nueva York, hizo que los residentes se mudaran a Greenwich Village en busca de su mejor aire.
Porque allí siempre se respiraron mejores aires… Nuevos aires llenos de libertad y respeto… Donde se quiso acoger a todos por igual, a pesar de los pesares de antaño, de un gobierno tirano y dictatorial que usaba la intolerancia como bandera frente a los que no pensaban como él.
Y fue allí, en ese barrio, donde se ubicaba el pub conocido como Stonewall Inn.
Este pub, como también relataba al inicio del programa, servía a gran variedad de clientes, pero era conocido por ser popular entre las personas más marginadas de la comunidad: transexuales, drag queens, jóvenes afeminados, prostitutos masculinos y jóvenes sin techo.
La policía lo asolaba continuamente con redadas durante la década de 1960, pero los agentes de policía perdieron repentinamente el control de la situación en el Stonewall Inn en la noche del 28 de junio de 1969.
El pueblo quiso rebelarse contra esas injustas represiones, y así fue… Así comenzaros los conflictos y la rebelión que hizo que todo un colectivo alzase sus armas y almas como si de una sola fuerza se tratase.
Fueron momentos difíciles, pero no más que sus propias vidas… Fueron momentos duros, pero no más que sus voluntades inquebrantables… Fueron momentos inolvidables dignos de recordar con mucho ORGULLO.
Hoy en día, conmemoramos esa lucha en el Día Internacional del Orgullo LGTBI, que se celebra el 28 de junio de cada año.
En algunos países y ciudades coincide con la Marcha del Orgullo y otras festividades relacionadas con el movimiento LGBT. En algunas ciudades se celebran también la «semana del orgullo» y el «mes del orgullo», que no siempre coinciden con el Día Internacional del Orgullo.
La noción básica del «orgullo LGBT» reside en que ninguna persona debe avergonzarse de lo que es, sea cual sea su orientación sexual o su identidad de género. Surge como una respuesta política hacia distintos mecanismos que el sistema tradicionalista utiliza contra quienes se «desvían» de la heteronormatividad: la vergüenza, la exclusión y las agresiones físicas que pueden llegar hasta la muerte de la víctima, son claros ejemplos de la represión sufrida, y que, por desgracia, aun hoy siguen sufriendo.
Es cierto también, que algunos sectores llegan a rechazar el concepto de «orgullo LGBT+», pues perciben un énfasis excesivo en la orientación sexual que no consideran importante y una falta de discreción o modestia, lo que eventualmente podría perjudicar, según su criterio, a la moral pública, a las creencias religiosas o incluso a los propios homosexuales, al mostrar estereotipos o hacer demasiada exhibición de sus derechos logrados.
Del mismo modo, proponen evitar un activismo «estridente», con el fin de incorporar más fácilmente el discurso por la igualdad del colectivo a las ideas comunes que marca la opinión pública. Otros críticos ven en la noción de «orgullo» un desprecio hacia la identidad de cada individuo, pues opinan que cada persona debe vivir su orientación sexoafectiva sin necesidad de identificarse con un estereotipo determinado.
De hecho, hasta el escritor Sánchez Dragó, declarado pansexual, se mostró contrario al Orgullo LGTB.
Y es que, en conclusión, todos buscan lo mismo… Que se les respete su derecho a amar en cualquiera de las formas de amor existentes, aunque ciertamente, unos lo expresan como eje principal de sus vidas tanto en comportamientos, vestiduras o compañías, y otros, desean pasar mas indiferentes sin mostrar su inclinación sexual como algo que rija sus estilos de vida.
La sexualidad para unos define quienes son, y para otros, es solo una parte más de lo que son…
Pero eso si… sea como sea la demostración que cada uno quiera hacer de su vida amoro-sexual, unos RESPETEN y otros SIENTANSE ORGULLOSOS…
¿Podrán hacerlo?… Por el bien común, estoy seguro de que si…
Hasta pronto…
