Palabras de AMOR en lunes. Por María Eugenia Manzano

                                                                                                                                                                                                                          confiar:
Del lat. confidāre, por confidēre.
1. (tr.) El río sabe que llegará al mar,
el árbol siente la próxima primavera,
los pájaros descansan en la certeza
de que amanecerá otra vez.
(De @proyectodiccionario)

 

Lunes, seis de marzo. Hoy escribo para quienes confían, para los que se atreven. Para cada ser humano que, sin conocer con certeza a dónde le llevará el siguiente paso, decide darlo. Y lo da. Para los que tienen voluntad, para quienes no se rinden. Escribo para aquellos que conquistan su propia vida y desde ahí, su libertad. A la madre primeriza, al explorador con miedo. A ti, que ya has comprendido que es desde el no saber, y no desde ese lugar que los demás dan por seguro, desde donde, si saltas, aparece la red, porque hay muchos otros seres que llevan tiempo tejiendo y que ahora te toca a ti.
Que no dudes, y si dudas, no te pares. Tú sigue caminando adelante, sólo un poco más despacio. Y ten fe. Aunque a veces no puedas verlo, el Universo ya se encarga de hacer su trabajo. Y todo encuentra su divino orden.
A ti, que en algún momento te sientas alrededor del fuego, te bendiga el día de hoy.
Y que este lunes sea bueno.

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Sit Around The Fire
(Jon Hopkins)

Más allá de todas las polaridades,
Soy.
Deja a los juicios y opiniones de la mente
ser juicios y opiniones de la mente.
Tú existe detrás de eso.
¡Ah, entonces!…
Realmente es hora de que mires a través de lo absurdo de tus propias dificultades.
No eres quien pensabas que eras,
simplemente no eres esa persona.
Y en esta misma vida
puedes saberlo.
Ahora mismo.
El verdadero trabajo que tienes que hacer
es desde la intimidad de tu propio corazón.
Todas las formas externas son preciosas,
pero el verdadero trabajo
es tu conexión interna.
Si permaneces callado cuando meditas,
si realmente abres tu corazón.
Tú sólo calma tu mente.
Y abre tu corazón.
Deja la mente, abre el corazón.
¿Cómo calmas tu mente?
Medita.
¿Cómo abres el corazón?
Empieza a amar aquello que puedes amar
y, sencillamente, sigue expandiéndolo.
Entonces amas un árbol,
amas un río,
amas una hoja,
amas una flor,
amas a un gato,
amas a un ser humano.
Luego ve más y más profundo
dentro de ese amor
hasta que ames eso.
¿Cuál es la fuente de la luz detrás de todo?
Detrás de todo eso,
lejos de venerar la puerta,
tú entras en tu templo interior.
Todo lo que está en ti y que no necesitas,
ya lo puedes soltar.
No necesitas soledad
porque no podrías estar solo.
No necesitas codicia
porque ya lo tienes todo.
No necesitas dudar
porque tú ya sabes.
La confusión está diciendo «no sé»,
pero en el momento en que te callas
descubres que, de verdad,
tú ya lo sabes
porque está dentro de ti.
Tú ya sabes.
Un avión tras otro avión se abrirán ante ti.
Lo que quiero en realidad es saber quién soy.
En cada uno en de nosotros
hubo una vez un fuego.
Parece como si ahora
sólo quedaran cenizas.
Pero, si escarbamos en las cenizas,
encontraremos una brasa.
Y si de una forma suave avivamos esa brasa,
y soplamos sobre ella,
se volverá más brillante,
y a partir de esa brasa reconstruiremos el fuego.
Lo único que es importante es esa brasa.
Es lo que tú y yo estamos aquí para celebrar:
Que, aunque hemos vivido nuestra vida absolutamente involucrados en el mundo,
sabemos.
Sabemos que somos del espíritu.
La brasa se hace más fuerte,
empieza a parpadear la llama.
Y muy pronto te das cuenta de que todo lo que podemos hacer para la eternidad
es sentarnos alrededor del fuego.

5 comentarios

  1. Gracias María Eugenia por escribir desde este lugar que lo haces, porque a veces uno piensa que está sólo, o loco, o equivocando, o que es un iluso al pensar que siempre queda amor por explorar. Y que lo que a veces nos rodea durante el día no siempre es la verdad de quién somos, y cuando miramos dentro de nosotros y de repente aparece una sonrisa en el rostro, esa sí es la verdad. Esa sonrisa de un segundo ya lo dice todo.
    Mil gracias por esta lectura tan refrescante de lunes por la mañana.

    1. La sonrisa que aparece en el rostro al mirar dentro. Esa es la respuesta a si queda amor por explotar. Gracias, Jordi, por tus palabras. Confianza. No podemos despistarnos.

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