Las medidas para su protección y conservación eran escasas, lo que hacía presagiar que podía haber amenazas para su integridad. Esas amenazas ya son agresiones reales.
El hallazgo de estos nuevos daños se conoció hace apenas una semana cuando visitaron el conjunto Cibeles Fernández, técnico en arqueología del Ayuntamiento de Los Barrios (término municipal donde se encuentra Bacinete), Julián Martínez, estudioso de arte rupestre, y Eduardo Briones, director del Instituto de Estudios Campogibraltareños. En su visita a este espacio se dieron cuenta de que había escritas algunas señalizaciones en el campo que indicaban dónde se encontraba la cueva. Por cierto, escrito con b, «cueba» (no me corrijas, autocorrector) en alguna ocasión. Cuando llegaron a los bloques de roca que conforman el conjunto, vieron que había restos de magnesio utilizado para evitar resbalones en la escalada, incluida Bacinete IV, una roca que contiene pinturas rupestres.
El abrigo principal está protegido (por decir algo) por una reja, que estaba también forzada. Antes también estaba ligeramente cedida, pero era difícil que una persona pudiera entrar por el espacio forzado. Ahora sí, ha cedido para que quepa una persona sin dificultad. El panel principal presentaba algunos daños perimetrales, aunque se han comparado con los documentados hace algún tiempo y son los que existían. De todos modos, son daños antrópicos de una ocasión anterior, lo que no resta magnitud a este asunto.
Tras comprobar lo que había pasado tras esta visita el asunto llegó a los medios de comunicación que reaccionaron con rapidez y rotundidad, condenando los hechos y dándoles toda la exposición pública posible, incluidas varias portadas.
Esta mediatización del acontecimiento llevó a que reaccionara también la Delegación de Cultura de Cádiz de la Junta de Andalucía acudió con varios de sus técnicos, además de una ingeniera del Parque Natural de los Alcornocales y de responsables municipales, acompañados por el director del Instituto de Estudios Campogibraltareños, institución que se ha implicado completamente en la evaluación del problema y en ofrecer soluciones junto a las autoridades competentes.
Se va a elaborar un informe detallado y se han propuesto algunas ideas de medidas de protección. El objetivo final es utilizar toda la información que los académicos, como la Dra. Mónica Solís (entre muchos otros), han publicado sobre Bacinete, proponer medidas adecuadas para proteger el conjunto, ejecutar esas medidas y, posteriormente, racionalizar las visitas a Bacinete para que la ciudadanía pueda conocer mejor su patrimonio y contribuir a su protección.
Entre las medidas propuestas se encuentra no el vallado de los abrigos, sino uno perimetral que proteja todo el conjunto. Según han señalado los especialistas, el área sería de unas 12 hectáreas. La valla debería ser alta y consistente y tener un acceso restringido sólo a personal autorizado. Ese amplio espacio propuesto es para evitar que se pierda la visión de conjunto y del entorno natural en el que se enmarca Bacinete, que es fundamental para su comprensión. Así mismo, y dado el problema de la seca que numerosos investigadores y activistas llevan señalando años, se ha propuesto una reforestación que evite la exposición a la meteorología que tiene Bacinete.
A la valla se debería sumar, como ha señalado Cibeles Fernández ,unas cámaras de vigilancia que puedan permitir una sanción adecuada a quien intente rebasar el perímetro. Por otro lado, se ha propuesto retomar el proyecto del centro de interpretación en Los Barrios donde se pueda recibir a los visitantes, dar explicaciones previas, charlas divulgativas e incluso aproximarse a Bacinete sin hacer un recorrido físico en el lugar. Como dice Cibeles Fernández en su artículo, esto también ayudaría a minimizar el tiempo que se permanece en Bacinete en las visitas.
Sin embargo, todas estas medidas, que la Junta de Andalucía está muy interesada en respaldar de una manera inminente, se topan con un inconveniente, y es que la finca donde está Bacinete es de titularidad privada. De modo que existen algunos obstáculos por solventar, como una posible permuta de esos terrenos por otros para el propietario y así convertirlos en públicos.
Antes mencionamos que el Instituto de Estudios Campogibraltareños está volcado en esta problemática. Tanto es así que celebrará sus V Jornadas de Prehistoria y Arqueología los días 5, 6 y 7 de abril en Los Barrios, y en ellas se va a dedicar un importante espacio al arte rupestre del extremo sur peninsular y se va a desarrollar una mesa redonda con expertos para hablar de conservación.