La Fundación Migres, promotora del Programa Migres 2011, celebra hoy miércoles el Día Mundial de las Aves en el Observatorio de ‘Algarrobo’, situado en el Estrecho de Gibraltar, una zona que considera «una puerta para las migraciones» de muchas aves, aunque reconoce que les cuesta «mucho esfuerzo» cruzarlo.
En este sentido, el técnico del Programa Migres Andrés de la Cruz ha señalado que el Estrecho de Gibraltar es «un lugar único» en el mundo en el estudio de la migración de diferentes especies de aves. Así, ha mostrado el ejemplo de las aves planeadoras que, de gran tamaño y alas anchas, gastan mucha energía en el vuelo, por lo que para ahorrar energía y poder hacer el tránsito desde su zona de cría hasta la invernal, intentan ahorrar energía utilizando corrientes de aires ascendentes, que se producen en tierra. «En el momento de pasar de un continente a otro, las aves evitan sobrevolar grandes masas de aire, algo que consiguen en los 14 kilómetros del Estrecho, la travesía mínima», explica.
«El Estrecho de Gibraltar, en concreto entre Tarifa y Algeciras, año tras año, concentra en torno a medio millón de aves planeadoras, varios millones de aves paseriformes, y varios cientos de miles de aves marinas, que solo pueden hacer el movimiento de entrada y salida del Mediterráneo por ahí», ha precisado.
De esta manera, ha reiterado que el Estrecho de Gibraltar es «una puerta para las migraciones de diferentes grupos de aves», que tienen que pasar «obligatoriamente» por ahí en su movimiento desde las zonas de cría hasta las zonas de invernadas.
Por otro lado, ha indicado que el Programa Migres como objetivos el seguimiento y conocimiento de la evolución de las poblaciones de diferentes especies que cruzan el Estrecho como «pasillo». «Aprovechamos que en un determinado momento y lugar pasa una gran cantidad de especies, que permiten obtener el conocimiento de la evaluación de las aves migratorias», ha reconocido.
El Programa Migres recoge el seguimiento de aves planeadoras, aves marinas y aves paseriformes. El diseño del programa de aves planeadores fue de la Sociedad Española de Ornitología (SEO), que lo desarrolló desde 1997 hasta 2006, pasando entonces a la Fundación Migres. Por su parte, el seguimiento de aves marinas fue idea de la Universidad de Cádiz en 2004 y a partir de 2006 corresponde a la Fundación. Un año más tarde, comenzó el seguimiento de las aves paseriformes.
PRONTO PARA LAS CONCLUSIONES
Aunque De la Cruz considera que «aún es pronto» para extraer conclusiones de los movimientos migratorios, pues hay otros factores que no son intrínseco a las aves que influyen en los resultados. Así, ha explicado los años de levante, los cielos se cubren de nubes y los pájaros pasan por encima de éstas, por lo que «no se pueden ver»; mientras con los vientos de poniente «se registran muchas aves».
No obstante, ha adelantado que en algunas especies «se detectan ciertas tendencias». El milano negro «va al alza», pues la media de los últimos diez años era superior a los 85.000 personas, mientras en los últimos años supera los 120.000 ejemplares. Con respecto a la cigüeña blanca, además de aumentar en número, también opta por quedarse, pues «con el calentamiento global no necesita migrar para buscar climas templados».
En referencia a los posibles peligros que encuentras las aves en su paso por el Estrecho, Andrés de la Cruz ha asegurado que el principal problema es el propio Estrecho, que «cuesta mucho esfuerzo cruzar», pues los pájaros no están acostumbrados a volar durante 14 kilómetros de forma constante y «muchas caen al agua». En cuanto a la proliferación de parques eólicos en la zona, ha afirmado que la migración de aves no se ve afectada.