Según la información de Gibraltar Chronicle, ambos inmigrantes fueron avistados y posteriormente rescatados por un superyate de lujo que también navegaba por el Estrecho. Uno de ellos llevaba un traje de neopreno y el otro, un pantalón corto. Una vez llegaron a tierra, fueron trasladados al Hospital St Bernard y posteriormente fueron detenidos por la Policía Real de Gibraltar (RGP por sus siglas en inglés).
El caso ha vuelto a poner de relieve el drama migratorio que se vive en la zona. Hay que recordar que la Ley de Inmigración del Peñón, aprobada en 1982, obliga a la Policía Real a llevar ante los tribunales a cualquier persona que se encuentre en la colonia (o en las aguas que consideran propias) sin un permiso válido. Para ellos, esto supone un delito. Algo muy diferente a lo que ocurre en España o en la Unión Europea.
Los dos inmigrantes comparecieron en el Tribunal de Primera Instancia de Gibraltar, donde ambos fueron declarados culpables de estar en el Peñón de forma irregular. Así, el de mayor edad, A.R., de 22 años, procedía de Taroudant, en el sur de Marruecos, y admitió no tener permiso para estar en el Peñón, por lo que el magistrado estipendario Charles Bonfante le concedió libertad condicional por 12 meses, pero ordenó que permaneciera detenido en espera de su deportación, que revisará en 28 días. Así que, durante ese tiempo deberá permanecer recluido en la prisión de Windmill Hill.