Este verano hubo más bajas por enfermedad que durante la pandemia

Las faltas al trabajo por enfermedad marcan su récord histórico en verano, por encima de los niveles de pandemia.  Alcanzan a un 5,3% de los asalariados, el mayor porcentaje de la serie histórica.  Han crecido un 85% desde 2019 tanto entre asalariados como entre autónomos.
La mayoría de las empresas familiares cree que el absentismo laboral es un riesgo para la economía.

La Encuesta de Población Activa del tercer trimestre detectó que 962.400 personas (852.100 asalariados y 110.300 autónomos) faltaron a su puesto de trabajo por enfermedad o incapacidad temporal. Es la cifra más alta de la serie histórica para un periodo del año especialmente ‘tenso’ porque es el que más vacaciones y permisos concentra, lo que reduce el volumen efectivo de personas trabajando. Si descontamos a las personas que no trabajaron por descanso veraniego, las ausencias por motivos de salud afectaron al 5% de los ocupados y un 5,3% de los asalariados, un máximo absoluto que supera incluso los niveles de la pandemia.

España cerró septiembre con casi 22,4 millones de personas trabajando, de las que 19,2 millones no estaban de vacaciones en el momento que el INE fija como semana de referencia para la encuesta. Suponen un 2,7% más que en 2024, el mismo porcentaje en el que aumentaron las ausencias por vacaciones (que disfrutaron 3,2 millones de personas).

Pero hay otros 1,2 millones de personas que faltaron al trabajo por otros motivos. De estas, el 81% se deben a enfermedad o incapacidad temporal, las mencionadas 962,400. Además, es la única causa que recoge un incremento interanual: los permisos por maternidad o paternidad se redujeron un 2,5%, los afectados por ERTES un 17,3%, y otras causas no clasificadas un 3,4%. Desde el tercer trimestre de 2019, las falta por enfermedad o IT han crecido un 85,3%.

Esto enlaza con el debate sobre el absentismo, que se suele vincular a ausencias no planificadas e imprevistas para el empleador y que afectan a la organización del trabajo (un requisito que no cumplen las vacaciones o los permisos por paternidad). En los meses de verano, en los que la disponibilidad de trabajadores para ajustar turnos provoca situaciones especialmente complejas de resolver. Por no hablar del coste directo de las bajas para las propias empresas.

Así, las enfermedades e incapacidades temporales se confirman como la primera causa de ausencia al puesto por una causa no ligada al descanso, según la Encuesta de Población Activa. Aunque el hecho es que siempre lo han sido, con excepción de la pandemia (cuando las regulaciones temporales de empleo cogieron la delantera).

El absentismo es un concepto asociado al empleo asalariado, aunque conviene recordar que el reputen de bajas también se ha producido entre los trabajadores por cuenta propia (con empleadores o no), que se ven obligados a interrumpir su actividad. Su peso es menor que el de los asalariados, pero desde el tercer trimestre de 2019 los afectados se han disparado un 86,1%, un 13,,9% solo en el último año. Mientras las ausencias entre los ocupados por cuenta ajena han crecido un 85,1% desde a 2019, aunque en el último año solo han repuntado un 4,1%. Así, la cifra global de ausencias sube a un ritmo del 5,8% interanual.

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