La Policía Nacional ha desmantelado tres invernaderos destinados al cultivo de cannabis sativa con unas 20.000 plantas y que se encontraban ubicados en una finca agrícola de 19.000 metros cuadrados.
En la operación, se han incautado ocho cajas de cogollos de marihuana, unas 20.000 plantas y grandes cantidades de productos químicos y precursores, al tiempo que se han practicado 18 detenciones de los presuntos responsables de delitos contra la salud pública y pertenencia a grupo criminal que operaban en una plantación que contaba con sistemas avanzados de recolección.
Según ha informado la Policía en una nota, la investigación se inició tras tener conocimiento de una plantación a gran escala de cannabis sativa ubicada en una finca agrícola de la zona de El Colorado, en Conil de la Frontera, y que pasaba totalmente desapercibida entre otras plantaciones con invernaderos de apariencia similar.
Los investigadores realizaron gestiones para determinar la veracidad de la información y localizar la ubicación exacta de la finca. Para ello, diseñaron un dispositivo de vigilancias y seguimientos para, una vez obtenidas las pruebas y evidencias incriminatorias de la actividad ilícita, practicar la inspección y registro de la finca agrícola.
El responsable de la plantación alegó que se trataba de un «cultivo legal, destinado a obtener cáñamo industrial de los tallos de las plantas de marihuana», todo ello sin sustento legal alguno, bajo la falsa apariencia de una sociedad constituida de manera totalmente ficticia.
Sin embargo, entre los kilos de cogollos y plantas de marihuana -se estiman unos 8.000 kilos-, no apareció ni una sola fibra de cáñamo industrial. En cambio, los agentes hallaron cajas repletas de cogollos recién recolectados.
Durante el operativo se ha arrestado al responsable de la finca agrícola y a los operarios que se encontraban en plena recolección como presuntos responsables de delitos contra la salud pública y pertenencia a grupo criminal. La operación continúa abierta y no se descartan futuras detenciones.
El cultivo de marihuana, especialmente potente en la zona oriental de Andalucía, es un problema creciente en la provincia de Cádiz, habitualmente más enfocada al tráfico de hachís desde Marruecos. La Fiscalía lleva ya varias memorias anuales advirtiendo del crecimiento de este tipo de narcotráfico en cultivos cada vez más grandes que intentan camuflar como plantaciones legales de cáñamo, pero que siempre muestran niveles de THC disparados.