La Asociación de Fibromialgia de Tarifa (Afita) ha protagonizado una concentración a las puertas de la piscina municipal para exigir su reapertura inmediata. La instalación lleva cerrada desde el 26 de abril, tras una intoxicación que afectó a una decena de trabajadores por un fallo en el sistema de control de humedad. Casi tres meses después, el Ayuntamiento de Tarifa aún no ha anunciado una fecha clara de reapertura, lo que ha generado un creciente malestar entre usuarios y colectivos sociales.
“Hoy nos hemos concentrado para reclamar algo tan básico como seguir recibiendo nuestras terapias en agua”, señalaban desde Afita. “Pensábamos que seríamos poc@s, pero varios ciudadanos se unieron a nuestra causa, y desde aquí agradezco a los tarifeños que nos apoyaron”.
Para las personas con fibromialgia, la piscina no es un espacio deportivo más, sino parte esencial de su tratamiento. “El agua nos ayuda a paliar dolores, contracturas y a movilizar articulaciones. Sin ella, caminar se vuelve torpe, los brazos y la espalda se bloquean, y reaparecen síntomas que conseguimos controlar gracias a esta terapia”. Afita denuncia que la fragilidad de su día a día se ha hecho mucho más visible desde el cierre.
La avería que provocó el cierre, según publicó Europa Sur, fue un fallo grave en la deshumectadora, una maquinaria obsoleta con más de 25 años. El exceso de cloro en suspensión y niveles anormales de humedad causaron afecciones respiratorias, oculares y en la garganta al personal, lo que obligó al cierre inmediato por motivos de salud. Desde entonces, las reparaciones han sido lentas y sin avances definitivos.
El pasado 17 de julio, el Ayuntamiento informó que una nueva avería detectada durante las pruebas impedía todavía fijar una fecha para la reapertura. Mientras tanto, se trabaja en una modificación presupuestaria para adquirir una nueva deshumectadora. Pero la falta de soluciones provisionales o alternativas ha desatado la indignación de los afectados.
La concejala de Deportes, Celia Rico, ha explicado que las demoras “no se deben a cuestiones económicas”, sino a la dificultad de encontrar piezas y resolver incidencias que “escapan a la administración local”. Aun así, ha reconocido no poder dar una fecha de reapertura: “Es una cosa que se va de nuestras manos”, ha declarado, pidiendo disculpas a los usuarios.
La protesta de hoy ha contado con el respaldo de la Plataforma Ciudadana Tarifa No Se Vende, que ha calificado el cierre como “una muestra de la falta de urgencia política” ante una instalación “esencial para la salud de tantas personas”. El colectivo critica que, mientras se debaten nuevos usos urbanísticos en la zona del paseo marítimo, servicios públicos fundamentales como la piscina quedan relegados.
Los usuarios también denuncian la falta de transparencia del Ayuntamiento y la escasa comunicación oficial. “Buena parte de la información nos ha llegado a través de redes sociales o de boca en boca”, señalan. Tampoco se han ofrecido alternativas en otros centros ni compensaciones por los abonos cancelados.
Afita concluye: “Cuando un espacio público se paraliza, no solo se interrumpe una actividad. Se rompe algo más profundo en la vida cotidiana de quienes más lo necesitan”. La ciudadanía tarifeña, con su presencia hoy en la concentración, ha demostrado que sigue viva la exigencia de una Tarifa más justa, que priorice lo público y no olvide a quienes más dependen de ello