Un magnífico resumen visual de la celebración tarifeña por excelencia, un documento gráfico que ya es testigo de la historia de esta tradición. El autor nos desvela el camino que le llevó a documentar con tal maestría este día…
Carta abierta de Guille…así se gestó el video
Soy Guillermo Auñón Iglesias, Guille para los amigos y @badguillepr en las redes sociales.
Llevaba tiempo sin realizar ningún proyecto audiovisual que naciese completamente de mi, últimamente han sido trabajos, pequeños proyectos o para otras personas.
Por lo cual, la noche antes de la romería me surgió la pregunta: ¿Y si me llevo la cámara, a ver qué sale? Y así fue, me llevé mi equipo conmigo y fuí capturando todo aquello que me parecía interesante o relevante.
Al fin y al cabo no deja de ser un entretenimiento para mi, lo hice porque me apetecía, como lo podría haber hecho otro cualquiera.
Parece ser que el video le está gustando mucho a la gente, al fin y al cabo, se muestra una tradición, un sentimiento, la fe de un pueblo entero.
Mi único fin a la hora de realizar estos videos no es obtener la mayor calidad de imagen posible, no es conseguir una edición de película, el fin con el que yo realizo este tipo de vídeos, aparte de disfrutar en el proceso, es para compartir un evento, un acto o cualquier cosa, para que quede como recuerdo y perdure en el tiempo.
Me gustaría terminar con un texto propio que resume a la perfección todo lo que muestro en el vídeo y todo lo que comprende la romería en Tarifa:
«Cada año, el viento de Tarifa trae consigo una tradición que late en el corazón de este pueblo cada septiembre. Desde el primer domingo de septiembre, las calles se llenan de vida, de fe, de historia… La Virgen de la Luz, nuestra patrona, regresa a su pueblo en una majestuosa cabalgata, mientras los devotos la acompañan con el alma, celebrando su llegada.
Pero es en el último domingo de septiembre cuando los corazones se llenan de emoción. En ese día especial, los pies de los tarifeños tocan el camino sagrado, y junto a ellos, la Virgen de la Luz, con su manto de esperanza, es llevada de vuelta a su ermita. Kilómetros que se recorren con devoción, donde cada paso es una promesa, un agradecimiento, una plegaria silenciosa.
Desde Tarifa hasta la Luz, no es solo un trayecto físico, es un viaje profundo hacia nuestras raíces, hacia lo más íntimo de nuestra identidad. Generación tras generación, bajo el mismo cielo y sobre el mismo suelo, hemos mantenido viva esta romería, como un lazo que nos une al pasado, al presente y al futuro.
La Virgen de la Luz, siempre acompañada por su gente, representa el vínculo indestructible entre la fe y el pueblo, una tradición que nos recuerda que, aunque pase el tiempo, su luz siempre guiará nuestros pasos.»