La Junta de Consejeros del Instituto de Estudios Campogibraltareños quiere hacer pública su preocupación ante la noticia del despido por parte del Ayuntamiento de Tarifa de su arqueólogo municipal, Alejandro Pérez-Malumbres Landa.
La junta del instituto asegura que cuando en la primavera de 2004, y con motivo de la celebración en la ciudad de Tarifa de las I Jornadas de Arqueología del Campo de Gibraltar organizadas por el IECG, el alcalde de Tarifa, Miguel Manella, comunicó que la ciudad iba a hacerse con los servicios de un arqueólogo, la entidad acogió la noticia con alborozo.
Mucho tiempo después, en 2009, y tras un proceso de selección por concurso, el arqueólogo que había intervenido en el castillo de Guzmán el Bueno la década anterior, Pérez-Malumbres, se incorporó a su puesto de trabajo, desempeñando una meritoria labor profesional, que en muchos casos ha sido más propia de un técnico de patrimonio histórico que de un arqueólogo municipal.
“Este Instituto de Estudios no puede sino mostrarse respetuoso con las decisiones que, en materia de plantillas y relaciones laborales, adopten los responsables políticos de los municipios de la comarca. Sin embargo, y en el cumplimiento de sus fines estatutarios -“contribuir al conocimiento, difusión y conservación del Patrimonio y valores culturales del Campo de Gibraltar”-, debe manifestar su preocupación ante el hecho referido”, asegura la entidad.
En el Campo de Gibraltar, la ciudad de Tarifa y su término municipal destacan por contar con una riqueza patrimonial de primer orden que abarca muy distintas épocas, razón por la que precisan de una tutela específica, directa y cualificada de su patrimonio. El Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia realiza una magnífica labor en el entorno de su competencia, pero existe otra larga serie de bienes a proteger, comenzando por su Conjunto Histórico.
No nos corresponde a nosotros detallar de manera minuciosa la tarea desarrollada en estos dos años y medio por el arqueólogo tarifeño, pero resulta indudable, para el observador más objetivo, que ésta no ha pasado inadvertida ni ha sido despreciable.
Conviene resaltar, por su hondo calado y proyección, su actuación decidida sobre el PEPRICH o Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Conjunto Histórico. Este instrumento es tan importante para el futuro del patrimonio histórico tarifeño como delicado en caso de no contar con un técnico especializado en materia arqueológica ante las posibilidades de intervención que sobre el mismo permite. Próximo a su último trámite de aprobación definitiva, el PEPRICH permitirá al ayuntamiento pedir la delegación de competencias para la mayoría de las licencias de obras en el Conjunto Histórico. Este tipo de control viene siendo ejercido por el actual arqueólogo, afectando a las licencias de obras que se solicitan en el Conjunto Histórico o en lugares de interés arqueológico en todo el término municipal.
Otra actuación novedosa y de importancia destacada en un casco monumental como el de Tarifa es el Plan de Descontaminación Visual del Conjunto Histórico. Se trata de una exigencia de la Junta de Andalucía, derivada de la declaración de Conjunto Histórico, que afecta al cableado, señalización, publicidad, mobiliario urbano, vegetación, etc, ya redactado, pendiente de aprobación y, lo que termina siendo más importante, de seguimiento en su aplicación. Sus efectos previos ya se han advertido en la eliminación de señales junto a la estatua de Sancho IV y en la Puerta del Retiro, en la eliminación del cableado de la fachada de la iglesia de Santiago y de las palmeras que la amenazaban, entre otras actuaciones.
En relación al IECG, hemos de destacar su actuación en la elaboración del informe sobre el búnker afectado por la modificación del PGOU en la zona de Albacerrado, ante la alarma expresada por el Instituto de su posible afectación. Al respecto es de destacar la inmediata y positiva respuesta municipal, que contrasta con la indiferencia mostrada sobre similares llamadas de atención por otros ayuntamientos, muy especialmente el de Los Barrios en estos últimos años.
Su intervención ha sido siempre eficiente y colaboradora en las diferentes actuaciones y/o estudios realizados sobre elementos patrimoniales tarifeños, como en los proyectos que afectan al Castillo de Guzmán el Bueno y las murallas de la ciudad (Murallas Calzadilla de Téllez, vegetación en la muralla y su entorno, obras de mejora de accesibilidad y adecuación de espacios interiores en el Castillo…), mal estado de la Torre de la Almedina o del Miramar (que supuso la consecución de una ayuda económica para su restauración por parte de la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura), y un largo etcétera.
Su excavación arqueológica en la iglesia de Santa María, inventario de materiales arqueológicos depositados en el Ayuntamiento, colaboración en el Plan Museológico para una Colección Museográfica Municipal en el Castillo de Guzmán el Bueno, redacción de material didáctico para el castillo y la iglesia de Santa María, entre otras actuaciones, apuntan a la imprescindible participación de un técnico cualificado, como es el señor Pérez-Malumbres, en este tipo de quehaceres.
Finalmente, la tarea de investigación y divulgación desarrollada en esta treintena de meses resultan fundamentales para que la ciudadanía sea partícipe de la encomiable labor desarrollada por las administraciones públicas en la gestión del patrimonio local, herencia de nuestros mayores y valor imprescindible para el futuro de la ciudad. De la notable preparación profesional y científica del técnico en cuestión ha quedado constancia en su participación en el Ciclo de encuentros de Arqueología e Historia de 2010 en homenaje a Lothar Bergmann, en el ciclo Aula Abierta de la Fundación Municipal de Cultura de Algeciras y en las Jornadas Técnicas Internacionales Castillos y ciudades amuralladas en el Estrecho de Gibraltar de Algeciras, entre otras.
En conclusión, esta Junta de Consejeros estima imprescindible la existencia de la figura de arqueólogo municipal en la ciudad de Tarifa, encarnada en alguien de la solvencia profesional y la cualificación científica demostrada por el Sr. Pérez-Malumbres, garantía inequívoca de que su patrimonio histórico podrá contar con la mejor salvaguarda.