Según ha explicado a Europa Press el abogado Raúl Piriz, titular del despacho RHM que ha llevado el caso, la relación laboral de esta chica de 25 años con el matrimonio, ambos funcionarios «de alto nivel» del Ayuntamiento jerezano, comenzó a finales de 2009, tiempo desde el que ha estado prestando sus servicios como empleada del hogar «de forma irregular» para ocuparse de los cuidados de un familiar mayor. Según detalla el letrado, en todo ese tiempo la denunciante tenía una situación de «arraigo» con el domicilio de sus empleadores, donde residía exceptuando los días que descansaba, en los que se quedaba a dormir en casa de una prima. En este sentido, el abogado ha detallado el pasado 11 de enero, cuando la joven se encontraba en su día libre, el matrimonio la llamó por teléfono para avisarle de que este familiar mayor que cuidaba había recaído y estaba hospitalizado, reclamándole sus cuidados pese a tratarse de su jornada de descanso. Pese a ello, la chica acudió «por hacerle el favor» pero llegó 20 minutos tarde, lo que motivó que su jefe la pusiera «de patitas en la calle», «armándosela» en el centro hospitalario y «arrebatándole de forma violenta» el juego de llaves de la casa del matrimonio donde la chica vivía, así como las de la casa de su prima. Añade Piriz que esta ciudadana hondureña estuvo hasta nueve días sin sus pertenencias, ya que, además de que en la casa donde trabajaba y dormía habían cambiado la cerradura, no se atrevía a personarse por temor a la reacción de su jefe «ante las amenazas» recibidas y los insultos que le profirió el día en que la despidió. Además de denunciar los hechos en Comisaría, sus abogados también han denunciado al matrimonio por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores, para el que se contemplan penas de seis meses a seis años de prisión.