Día Mundial de la Salud: Cómo recuperar el bienestar perdido

Un grupo de especialistas de Grupo Hospitalario Quirón ofrece algunas recomendaciones dirigidas a mejorar nuestra cotidianidad. Su principal consejo es llevar una existencia sana, en la que se combinen el ejercicio físico, una alimentación equilibrada y la atención a las señales que nos envía nuestro organismo, porque contribuirá a regenerar el estado de salud y a aumentar la calidad del día a día. 

En este siglo, además de avanzar en la curación de las dolencias, la medicina debe determinar de qué vamos a enfermar, prevenir las posibles patologías o, en su caso, detectarlas en fases en las que su tratamiento y curación sean posibles. Para ello, resultan vitales la prevención -la vacunación frente a determinados gérmenes y el control o la eliminación de aquellos factores asociados al desarrollo de trastornos- y la detección precoz, mediante la realización de pruebas o chequeos a aquellas personas que por edad, sexo, antecedentes patológicos o carga hereditaria sean más propensas a presentar determinadas enfermedades.

Combatir el estrés Aunque el estrés es uno de los grandes males de nuestro tiempo, está ligado al ser humano desde el origen de su existencia. De hecho, como respuesta fisiológica, psicológica y de comportamiento a presiones internas y externas, puede ser bueno (eustrés) o malo (distrés). Los especialistas coinciden en que su abordaje, dada su relación con enfermedades cardiovasculares y con aspectos psiquiátricos y conductuales, ha de hacerse de forma multidimensional e interdisciplinar.

 

Para controlarlo y mejorar nuestra salud emocional y física, conviene prescindir de las sustancias estimulantes (café, alcohol, tabaco), practicar ejercicio físico, dormir bien, disfrutar de música relajante, respirar de forma sosegada y alimentarse bien, reduciendo las grasas, el azúcar y la sal. Demos trabajo al cerebroEstá demostrado que las personas con mayor actividad intelectual están mejor protegidas contra el deterioro del cerebro, incluso en el caso de padecer, por ejemplo, alzhéimer.

 

¿Cómo estimular nuestra mente para que esté activa? Los profesionales aconsejan: evitar la rutina y actividades pasivas como ver la televisión; cultivar aficiones como la jardinería, el bricolaje, la pintura o la música; leer y escribir a diario, dos de los ejercicios que más protegen del deterioro cognitivo; aprender a tocar un instrumento o atreverse con un idioma para retrasar nuestro envejecimiento neuronal; hacer pasatiempos o participar en juegos de estrategia y de mesa o videojuegos; tomar parte en actividades artísticas, culturales e intelectuales, como visitar museos, exposiciones o asistir a conferencias; y completar ejercicios diseñados expresamente para mejorar la memoria, la atención y otras funciones mentales.

 

Dormir bien es saludNos pasamos un tercio de nuestra vida en brazos de Morfeo, lo que significa que una persona que viva 90 años se pasará aproximadamente 30 durmiendo. Contrariamente a lo que se pueda pensar, el sueño tiene una función vital. Además, dormir lo suficiente y con un sueño de buena calidad es esencial para llevar un día a día saludable.

 

Hacerlo poco o mal influye negativamente, pues aumenta el riesgo de padecer algunas enfermedades (cardiovasculares, infecciosas, metabólicas, etc.), además de ocasionar fatiga, somnolencia, problemas de memoria, depresión, etc. 

Ni un solo día sin una sonrisaLas emociones positivas, como la alegría, el entusiasmo, la satisfacción o el orgullo, son una fuente necesaria de bienestar e, incluso, facilitan el pensamiento creativo y la conducta encaminada al éxito. Proyectan también una imagen más atractiva, hecho que favorece que otras personas positivas deseen aproximarse a nosotros.

 

Por eso es tan importante reír, porque genera un alivio considerable del estrés y la ansiedad. Cada vez que reímos, liberamos endorfinas, que actúan directamente sobre los circuitos de recompensa cerebrales y generan tranquilidad, euforia o, incluso, analgesia. Al mismo tiempo, reducimos los niveles de cortisol en sangre (una hormona que se relaciona directamente con el estrés) y liberamos dopamina, otro neurotransmisor vinculado con procesos básicos de la mente como la motivación, la cognición o el aprendizaje.

Recuperar el agua perdidaPor mucho que se haya repetido, nunca será suficiente: es vital ayudar a nuestro organismo a recuperar el agua que pierde a través de la orina, el sudor o el aliento. Debemos beber unos dos litros diarios y consumir alimentos ricos en ella, como frutas y verduras. Y también hay que desterrar mitos, como que engorda si se consume a la vez que se ingieren alimentos, o adelgaza si se toma en grandes cantidades. Es importante no esperar nunca a tener sed para tomar un vaso de agua, porque es el primer síntoma de la deshidratación, ni reemplazarla por bebidas refrescantes o zumos, porque se multiplican las posibilidades de sufrir sobrepeso y obesidad. 

Higiene posturalLos malos hábitos dietéticos, la ausencia de actividad deportiva y el estrés agravan el dolor de espalda, tan común entre la población y causa de baja laboral. No hay mejor prevención que mantener alto nuestro tono vital, tanto físico como psicosocial: estar físicamente activos y alejarnos del sedentarismo y del sobrepeso.

 

Es importante que el deporte se adapte a la edad y potencie la musculatura abdominal y dorsolumbar  y la flexibilidad. Tan solo 10 minutos diarios de ejercicio bastan para prevenir el dolor, siempre y cuando no se haga de forma abusiva o cause molestias. Evitemos el uso frecuente de zapatos de tacón alto, pues varían la estática y la dinámica de la columna. 

 

Ponerse en forma, además, reduce de forma considerable los factores de riesgo cardiovascular, como hipercolesterolemia, hipertensión arterial, diabetes mellitus y obesidad, además de actuar como relajante emocional. Eso sí, para que no surjan problemas serios de salud, habría que hacerse algunas pruebas anteriores: analítica sanguínea, toma de tensión arterial, peso y talla, estudio biomecánico de la marcha y plantillas si se precisan, prueba de esfuerzo y/o ecocardiograma. Es conveniente usar pulsómetro y, sobre todo, aplicar el sentido común: el deporte se debe practicar de manera progresiva y bajo unos objetivos reales a corto y medio plazo, sin olvidar sus contraindicaciones, sus efectos secundarios y las precauciones durante el ejercicio.

Ver bien es sentirnos bienLa vista es el sentido del que más dependemos en nuestro día a día y del que más abusamos. El exceso de horas frente a las pantallas –que ocasiona el llamado síndrome del usuario del ordenador- y la exposición al sol sin protección son las principales agresiones a las que se exponen nuestros ojos.

 

Una revisión oftalmológica anual, acudir al oculista en el caso de usar gafas o lentillas y protegernos del sol con cristales homologados son gestos que no deberíamos eludir bajo ningún pretexto. Si estamos obligados a pasar demasiado tiempo delante de una pantalla, descansemos durante cinco minutos cada hora y relajemos la vista mirando a una distancia mínima de cinco metros.

 

Podemos aprovechar para levantarnos y beber agua,  mirar por la ventana o dar un paseo. Y no hay que descartar la corrección de los defectos visuales mediante cirugía refractiva pues permite, mediante láser, o con la introducción de lentes intraoculares, cuando además hay presbicia, prescindir de gafas y lentillas con una sencilla intervención.

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