IAM/Redacción La oposición municipal de Tarifa investiga si hubo irregularidades en el procedimiento de adjudicación del contrato para la instalación de un puesto de hamacas en la playa de Los Lances. La oposición indaga en los vínculos existentes entre los proveedores que fueron invitados por el Ayuntamiento al procedimiento negociado sin publicidad por el que se rigió el contrato que ganó el empresario Antonio Guerrero, propietario del chiringuito Tarifa Lounge Beach Restaurant ubicado a escasos metros de la concesión de hamacas.
Así se desprende del acta pública de la reunión de la comisión técnica que resolvió el contrato administrativo especial en el que se adjudicaron cuatro lotes de hamacas y sombrillas en el término municipal, celebrada el pasado 29 de mayo y disponible para su consulta en el portal web municipal. Según consta en el acta, Guerrero se hizo con el contrato por ser la única oferta válida y evaluable por la comisión, puesto que las otras dos invitaciones cursadas por el Ayuntamiento de Tarifa al concurso no completaron la documentación necesaria, lo que provocó que no tuviera competencia.
Conforme a los datos que maneja la oposición municipal y que ha podido comprobar Europa Sur mediante el acta pública, una de las otras dos licitadoras que resultó desestimada mantiene un vínculo claro y documentado con el empresario ganador. Se trata de Angustias Domínguez, esposa de Antonio Guerrero y a su vez administradora solidaria de Hostelería Guedo Tarifa SL, cargo que también posee en la mercantil el propio Antonio Guerrero.
Guerrero y Domínguez poseen otra empresa, GMR Gestión Agropecuaria y del Medio SL, de la que Guerrero es administrador único y Domínguez, apoderada, según los datos de los registros empresariales.
Así, pues, al menos dos de los tres proveedores tienen vínculos entre sí. La oposición investiga la relación de la tercera licitadora, Patricia Utrera, con éstos. También resultó rechazada en el concurso por no haber completado los trámites para formalizar una oferta en firme.
Fuentes conocedoras del contrato apuntan a que Utrera tendría vínculos laborales con Guerrero y Domínguez en una de las dos sociedades que gestionan.
Europa Sur contactó con Patricia Utrera para interesarse sobre su participación en el concurso público. Utrera sostuvo no recordar cómo le contactaron, pero que tras recibir la opción de presentarse al concurso la desestimó por no considerarla interesante.
Utrera negó tener vínculos laborales con el chiringuito de Guerrero y Domínguez. Es más, aseguró no conocerles ni tampoco al resto de licitadores que constan en el acta de adjudicación del concurso.
La licitadora rehusó explicar cuál es su actividad laboral o si se dedica al gremio de la hostelería con unas condiciones que le hicieran meritoria de ser incluida en la terna de invitados al contrato del Ayuntamiento.
Dado que las otras dos invitaciones no llegaron a formalizar una oferta, la de Guerrero fue la única propuesta que, a la vista de los expedientes tramitados, cumplió con los requisitos establecidos y, como consecuencia, le resultó adjudicada. La oposición ha solicitado acceder al expediente completo.
El contrato adjudicado al empresario comprende la autorización para instalar un lote de 50 hamacas y sombrillas frente al chiringuito, ubicado junto al camino a la Isla de Tarifa. Las hamacas y camas balinesas se sitúan a apenas unos metros del chiringuito Tarifa Lounge Beach Restaurant, lo que de facto supone una extensión de éste.
Según el Pliego de Cláusulas Administrativas, también disponible en la web municipal, la ocupación máxima prevista es de 125 metros cuadrados a razón de 8,82 euros por metro, lo que resultaba un precio base de licitación de 1.102,5 euros por año, para un máximo de cuatro anualidades. El acta de la comisión técnica refleja que el contrato se adjudicó por poco dinero más, 1.200 euros exactamente.
El servicio se presta a riesgo y ventura. Es decir, corren por cuenta del empresario los costes derivados de la puesta en marcha, mantenimiento y salarios del servicio, así como la libertad para fijar precios, sin posibilidad de ser compensado por posibles pérdidas derivadas de la explotación del contrato.
